Navidad sustentable, ¿moda o tendencia? Conforme el concepto de la sustentabilidad ha ido permeando en diversos ámbitos, industrias y sectores, y en la medida en que cada vez se logra generar una mayor conciencia social y ambiental —en particular entre las generaciones más jóvenes—, hemos presenciado el surgimiento de una serie de conceptos, movimientos e iniciativas que buscan hacer de la sustentabilidad un elemento de nuestra vida diaria.
Navidad sustentable, ¿moda o tendencia?
Tal es el caso de la Navidad, esta época del año en que, independientemente de su significado religioso, para muchas personas es una temporada que invita a detenernos y reflexionar sobre el año que termina y el que está próximo a iniciar. Además, en este cierre del 2019, muchos también podrían incluir en su ejercicio de introspección el cambio de década que estamos por vivir y con ello el futuro que nos espera de aquí al 2030, fecha que a nivel internacional marca un parteaguas en materia de desarrollo sostenible.
En este sentido, vale la pena considerar cómo también ahora se ha ido popularizando el concepto de la Navidad sustentable, el cual nos invita a reflexionar sobre los impactos ambientales y sociales que esta festividad pudiera llegar a tener, para identificarlos y considerarlos en las compras, eventos y actividades de fin de año. Para algunos esto puede ser una simple moda, para otros un cambio de estilo de vida marcado por una tendencia.
Por un lado, podríamos analizar la tradición del árbol de Navidad, para la cual cada año se presentan opciones más sustentables, como lo son aquellos que provienen de bosques certificados que están alineados a estándares en la materia, los que se mantienen vivos en una maceta, o los árboles que ahora se rentan con la intención de regresarlos a su hábitat una vez pasada la temporada navideña.
En esta línea, estaría también el tema de los empaques y envolturas de los regalos, los cuales terminan en la basura después de una vida relativamente corta. Aquí se insiste en reusarlos o reciclarlos, pero sería mucho mejor incluso buscar alternativas para no generar estos residuos. En cuanto a los regalos, muchas veces la crítica viene por el lado del consumismo y frente a éste podría haber iniciativas de consumo responsable, comercio justo o compras a pequeños productores y artesanos locales.
Por otro lado, en esta época también se realizan diversas actividades de voluntariado y campañas de donación, que inspiradas por un sentido de solidaridad hacia los demás pueden llegar a apoyar a ciertas comunidades o grupos vulnerables; sin embargo, muchas veces no se les da continuidad y se olvidan hasta el siguiente año. Para ello se podría pensar en apoyar una causa que realmente te motive como persona, más allá de una acción puntual y en la que se demuestre un verdadero compromiso, conocer las necesidades reales de aquellos a quienes se busca ayudar y enfocarse en la generación de capacidades u oportunidades más que en bienes materiales.
Finalmente, en los eventos, reuniones y convivios típicos del fin de año, la sustentabilidad también podría estar considerada en cuanto a evitar el desperdicio de alimentos o usar platos, cubiertos y decoración con menor impacto al medio ambiente.
Cada una de estas acciones, y sólo por mencionar algunas, sin duda nos pueden ayudar a tener una Navidad más sustentable, dándole este enfoque, que más que una moda, se empieza a convertir en tendencia a nivel mundial, concientizándonos de ciertas prácticas que se pueden ir incorporando para un futuro más sustentable.
Desde una visión cristiana, desde luego que todo esto es simplemente parte de la forma en cómo celebramos la Navidad, y no del fondo, que es lo realmente importante en esta temporada.
*Jorge Reyes Iturbide es director del Centro IDEARSE para la Responsabilidad y Sustentabilidad de la Empresa de la Universidad Anáhuac México.
Twitter: @J_ReyesIturbide y @Centro_IDEARSE